sábado, 23 de mayo de 2009

ABREVIATURA

Las abreviaciones son una representación abreviada de una o varias palabras. Su finalidad es doble:
• Conveniencia del que escribe, pues se teclea menos en ciertas palabras que se repiten.
• Conveniencia del que lee. Las palabras se captan por bloques de letras y un lector medio viene a captar un máximo de cuatro letras, por lo que las abreviaturas que no pasan de este tamaño pueden identificarse rápidamente de forma visual.
Antiguamente tenían otros propósitos, como permitir el ahorro de materiales o ajustar las líneas, pero hoy tales usos han desaparecido por completo.
Normalmente, los análisis ortotipográficos se centran en el primero de los aspectos, mientras que el segundo se suele pasar por alto. Por ejemplo, se rechaza la abreviatura lib. para libro porque no se gana más que un carácter y por ello se propone pasar a l. Pero no hay que olvidar la segunda faceta de las abreviaturas, y en bloques donde se concentra gran cantidad de información, como las bibliografías, el reconocimiento visual puede ser importante: l. es poco expresivo del significado (¿es libro o línea?) y libro ya se pasa en un carácter del límite de cuatro; en cambio lib. se distingue claramente y se diferencia de lín., y por funciona muy bien como poste visual fácilmente reconocible. De forma parecida, es más expresivo dejar abierta una enumeración con etc., un marcador visual rotundo por su concisión, que con etcétera; en cualquier caso, no parece que tenga mucho sentido que lo mismo unas veces se escriba de una manera y otras de otra, como a menudo se propone con etc./etcétera.
Hace tan sólo unos pocos decenios, la situación sobre las abreviaciones era más o menos clara: teníamos abreviaturas y abreviaturas comerciales. Dentro de las primeras se podían englobar las siglas, pues no tenían tratamiento especial: igual se escribía s. e. u o. y O. N. U., que VV. AA. En la actualidad las abreviaturas se han especializado y se clasifican en varios grupos: abreviaturas (y dentro de éstas las abreviaturas comerciales) y siglas (y dentro de éstas los acrónimos). Aunque en la práctica ésos son los dos grupos esenciales, igualmente se pueden encontrar, en función del autor, literaciones, sigloides, siglónimos, inicialismos y otras categorías; el panorama no puede ser más confuso, porque las clasificaciones varían de un autor a otro y a menudo se mezcla los métodos de formar las abreviaciones con la forma de leerlas.
Otra categoría adicional son los símbolos, que a menudo se definen como «abreviaturas técnicas sin punto y normalizadas». No es una definición muy apropiada, porque los símbolos son más bien representaciones (gráficas o textuales) de conceptos, que a menudo se pueden combinar con cifras u otros símbolos para formar expresiones según ciertas reglas establecidas, ya sea por tradición, ya sea por convenios internacionales, nacionales, locales o personales. Estas reglas pueden llegar a ser muy complejas y específicas y por tanto su asimilación a las abreviaciones es dudosa y deberían quedar fuera de una regulación lingüística.

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